domingo, 22 de julio de 2007
el zorro
El motín de Fontcalent pudo iniciarse por “despecho”, según declaró el acusado de ser el autor intelectual del levantamiento, Juan José Garfia, durante la segunda sesión del juicio por la revuelta de 1990 en la que un grupo de reclusos tomó la prisión durante tres días. En la primera vista de 2002, anulada por el Tribunal Supremo por el uso de la videoconferencia, este recluso ofreció otra versión sobre el origen del levantamiento y aseguró que fue una forma de “denunciar los malos tratos en la cárcel”.Sin embargo en esta ocasión, reconoció que “siempre estábamos pensando en fugarnos y habíamos planeado una mucho mejor que el motín”. El procesado y otro grupo de reos tenían prevista la huida: “Habíamos medido los tiempos y estábamos en connivencia con una reclusa del módulo de mujeres, por donde íbamos a escapar”. Un plan perfectamente diseñado en el que no contaban con el preso que inició el motín, Antonio Cortés Escobedo, y su cuñado, Manuel Pinteño, quien declaró que lideró la revuelta en señal de denuncia por los malos tratos y vejaciones que sufrían en la prisión . “No estaban de acuerdo con nosotros y no nos ofrecían confianza”. Al verse desplazado de la conspiración entre el resto de reos, “Antonio quiso demostrar que era capaz iniciar el sólo una fuga”. Garfia aseguró que el “despecho” movió a Cortes Escobedo, El Zorro, a amenazar con un pincho a tres funcionarios y encerrarlos en su celda el 12 de noviembre de 1990. Después liberó a su cuñado Pinteño y a otros presos que se unieron al levantamiento, en el que fue asesinado un reo argelino de una veintena de puñaladas.El recluso negó que participara activamente en el motín y alego que “sabía que el motín no iba a funcionar, por eso me desmarqué y me fui a mi celda esa misma noche”. Únicamente reconoció que trasladó a algunos funcionarios, pero insistió en que no los retuvo. Aunque el hizo de intermediario entre los líderes del motín y la directiva de la prisión, acusó a Pinteño de dirigir todas las negociaciones. Por último, Garfia explicó que todo el mundo “llevaba pinchos e iba drogado”. Según sus declaraciones, prefirió desvincularse del motín porque “íbamos a acabar matándonos entre nosotros, eso no era una reivindicación ni una fuga”.En la sesión del juicio de ayer declararon otros ocho procesados, entre ellos, Salvador Estarlich, quien reconoció que hirió con un destornillador a un preso que estuvo a punto de morir por las lesiones. Este acusado aseguró que le agredió por un ajuste de cuentas y desmintió que la agresión se produjera cuando la víctima intentaba auxiliar al recluso que fue asesinado, tal y como afirma la acusación pública, representada por el fiscal jefe de Alicante, José Antonio Romero.El reo Gabriel Rodríguez admitió que amenazó a un funcionario con un pincho. Miguel Ángel Aguado negó que le robara y lesionara a un trabajador de la prisión durante el motín, como también afirmaron Juan Bello y José Antonio Postigo, quien en el primer juicio implicó a funcionarios de la cárcel en la organización del levantamiento. Héctor Guillén aseguró que se limitó a “obedecer las órdenes de Pinteño por miedo”.
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1 comentario:
el zorro es un chivato y deberia asumir sus hechos iva drogado y fuel el quien mato al argelino si bien es verdad que todos tenial miedo a pinteño
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